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Eufemismos
I
la poeta Idea Vilariño
cuenta en su diario de juventud
que alguna vez
rescató a un pájaro de que muriera quemado
y finalmente
el pájaro volvió al fuego
no importa cuántas veces nos rescaten
siempre volvemos al fuego
lumínico error resulta lo decadente
de caminar para atrás
o cambiar de camino
la arrogancia de la quietud facilita un tropezón
que sí es caída
¡quiero llamar!, se queja un niño en pleno siglo veintiuno
y golpea el teléfono público desconectado
ella también quiere llamar
piensa al verlo
quiere llamar al karma
para expresarle sus emociones negativas
y es complicado
II
funciona como epígrafe
tu mirada
su enajenación
funciona como epitafio
tu amor es como el mar de noche
la seduce y absorbe
como el viejo robusto que le arroja comida a un perro callejero
pero hacia las vías del tren
hay trenes que ella no ve venir
un bozal para cuando la muerte le muerde la mano
pide nada más
soltás la pelota
y ves hacia dónde se dispara
la libertad va tomando forma
con sigilo
un moretón entre tanto dolor
no se razona
es apenas un aderezo vistoso
tu juguete favorito
es
aquel que está
roto
¿de qué manera te quedás dormido?
¿de qué manera te sentís seguro?
del ritmo se desprende
la mecánica del olvido
III
es tan fácil como odiar esa escena
que los unirá eternamente
a lo que tuvieron
la condenaste a muerte el día de su cumpleaños
cuando la invitaste a viajar por la memorable Europa
le cuesta divorciarse de los eufemismos
amor no correspondido
es el perro que
espera al dueño
en la estación durante años
como ella te está esperando a vos
traducime eso,
olvidé cómo se dice en español
animalito de mi corazón,
en qué estás pensando
cuando gruñís
en qué estás pensando
cuando mordés
en qué estás pensando
ahora
¿fuegos artificiales?
Que sí
una mañana en la playa de Villa Gesell
vi algo bajo el mar entre las algas
mi papá lo señaló con emoción
es una cáscara de durazno,
le dijo mi yo de seis años
y de cerca era un caracol naranja pálido
a diario
un deshielo cruje bajo mis pies
pero solo hay alquitrán
tampoco necesito empaparme en
conocimiento sobre x o y
interiorizarme sobre la zozobra
solo tomo un poco de helado de crema en la orilla
y cuando siento un agua viva
sé que estoy a salvo
encontré mi manera de sonreír
como aquella vez que mi papá lanzó una moneda para saber qué decisión tomar
y me dijo ¿qué querés que sea?
le dije que sí
y me dijo, entonces salió sí
Poemas de Carencia (Liberoamérica, 2019)
Denise Griffith (Buenos Aires, 1993) no solo es escritora, sino también editora en Liberoamérica (Argentina). Es estudiante avanzada de Traducción Literaria. En 2018, publicó con la editorial Escritor de la legua un poemario llamado Antojos de desorden y participó de la antología El gran libro de los perros de la editorial española Blackie Books (tirada de 20.000 ejemplares, que ya va por la segunda edición). Escribe con frecuencia para la revista digital de Liberoamérica y para la página especializada en teatro GEOteatral.