LA TUMBA DE EDGAR POE
Como
la eternidad lo transforma en Sí mismo,
El
poeta se yergue con la desnuda espada
Sobre
un siglo aterrado por el que fue ignorada
La
muerte que triunfaba en esa voz de abismo.
Vil
sobresalto de hidra que al ángel oyó dar
Al
habla de la tribu un sentido más puro,
En
voz alta anunciaron el bebido conjuro
De
una negra mixtura en un innoble mar.
La
tierra sea hostil, la nube nos repruebe,
Si
no esculpe con ellos nuestra idea un relieve
Que
la tumba de Poe de su belleza invista.
Mole
calma caída de un cataclismo oscuro,
Que
este granito muestre para siempre su arista
A
los vuelos de la Blasfemia en el futuro.
(TRAD.
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE)
APARICIÓN
¡La luna se afligía.
Dolientes serafines
Vagando -ocioso el arco- en
la paz de las flores
Vaporosas, vertían de
exánimes violines
Por los azules cálices
blanco lloro en temblores.
-De tu beso primero era el
bendito día.
Como en martirizarme mi afán
se complacía,
Se embriagaba a conciencia
con ese desvaído
Aroma en que -sin lástimas y
sin resabio- anega
La cosecha de un sueño al
alma que lo siega.
Yo iba mirando al suelo,
errante y abstraído,
Cuando -con los cabellos en
sol- toda sonriente,
En la calle, en la tarde, te
me has aparecido.
Y creí ver el hada del casco
refulgente
Que cruzaba mis éxtasis de
niño preferido,
Dejando siempre, de sus
manos entrecerradas,
Nevar blancos racimos de
estrellas perfumadas.
El ABANICO DE MADAME
MALLARMÉ
Como sin otra expresión
que un latir que al cielo
anhela
el verso futuro vuela
de la exquisita mansión
Ala baja mensajera
es el abanico si
el mismo es que tras de ti
a sí propio espejo fuera
tan límpido (dónde cede
pues brizna a brizna la
amarga
la poca ceniza vaga
sola que afligirme puede)
Siempre así palpite y siga
en tus manos sin fatiga
El CIGARRO
Toda el alma resumida
cuando lenta la consumo
entre cada rueda de humo
en otra rueda abolida.
El cigarro dice luego
por poco que arda a
conciencia:
la ceniza es decadencia
del claro beso de fuego.
Tal el coro de leyendas
hasta tu labio aletea.
Si has de empezar suelta en
prendas
lo vil por real que sea.
Lo muy preciso tritura
tu vaga literatura.
(TRAD. ALFONSO REYES)
Stéphane Mallarmé, fue un poeta y crítico
francés, uno de los grandes del siglo XIX, que representa la culminación y al
mismo tiempo la superación del simbolismo francés,