las corporaciones de telegramas no son larvas dóciles
le dije al Sr. Cavatumbas
los niños zombis aman a las tortugas
deslizándose en sus jugos gástricos
entierra mi corazón en Varsovia
le dije al Sr. Cavatumbas
sólo si fuera convidado a un día de campo
en el jardín selenita
entierra mi corazón en Varsovia
mereces la ciencia ficción
la gracia prudente
de una reservación
de asientos eyectores
observados en un cuenco de cristal
en el desamor
que viste un kimono de luces plateadas
y rastros de paracaídas
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
esta canción se llama lo que pido de ti
un catafalco alumbrado por moscardones que
se derraman como un largo eclipse
eso que existe en una corona de oscuridad
la cabeza en el mástil
los pies sobre los vidrios
árboles que sacuden pequeñas cimitarras
tiza celeste
el libro en que repruebas la misericordia
del elefante africano
la tierra plana
la sombra instrumental por el jardín
ceñido
VI
No records tell how or when
London fell into Saxon hands
mi hermano se casaba
estábamos en el puerto
algo alcanzó a decirme:
“los palacios de escoria y encajes
el salón está desierto
y revestido de espejos”
un mirlo iría pausado
un malabar un tumbo aquí
un mirlo iría violento
sin ordenar a la madera
un vaivén un cautiverio
siguen las manos
qué vagos cerrojos
un rectángulo tres rectángulos
por decirlo de algún modo
el otro día soñé
una estación de trenes
en el oeste en Eleusis
una estación vacía
y en los durmientes
se podía leer:
18 de mayo de 1935
una mujer llegaba
tenía una sonrisa tosca
su vestido era opaco
como un paraguas viejo
no era mi madre
y me decía que era la fecha
en que Aeschylus hijo de Euphorion
(his name was Euphorion)
sirvió en las guerras de Artemisium
y Salamis
(and once again Aeschylus saw service
fighting at the battles of Artemisium
and Salamis)
quiero ser original
saltar los endimiones
los dicotiledones
los dípticos egipcios
los tableros con cabezas de rinoceronte
correr por donde apuntan sus hocicos
como soy un gran artista pido los mayores
decibeles
yo me entiendo:
levas micotelepáticas
lapos frigomesiánicos
Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Publicó Quienquiera que seas (FOEM,
2015), Obras Cumbres (Bongobooks,
2014), La czarigüeya escribe (Editorial
Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas y Muerte del dandysmo a
quemarropa (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2012). Tradujo Droguería de
éter y de sombra (Palacio de la Fatalidad, 2014) de Luís Aranha, Paranoia
(Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas
salvajes, 2010) de Roberto Piva, y la antología de poetas brasileños nacidos en
los ochentas, Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011). Trabaja en la librería Mi Primer Día en el
Salón de la Fama.