PRIMERAMENTE
I
En voz alta
Se elevó el amor ligero
Con tan brillante esplendor
Que en su desván la cabeza
Tuvo miedo a confesar todo.
En voz alta
Cubrieron los cuervos de la
sangre
La memoria de otros
nacimientos
Después derramados en la luz
Futuro pulverizado de besos.
Imposible injusticia sólo un
ser existe en el mundo
El amor elige al amor sin
cambiar de rostro.
II
Sus ojos son contornos de
luz
Bajo la osadía de su
desnudez.
A flor de transparencia
Los cambios de pensamiento
Anulan las apagadas
palabras.
Ella eclipsa todas las
imágenes
Deslumbra al amor y sus
sombras rebeldes
Ama - ama para olvidarse.
III
Los todopoderosos
representantes del deseo
De los graves ojos recién
nacidos
Para suprimir la luz
El arco de tus senos tendido
por un ciego
Que se acuerda de tus manos
Tu suave cabellera
Son en el río ignorante de
tu cabeza
Caricias al filo de la piel.
Y tu boca que enmudece
Puede probar lo imposible.
IV
Te lo he dicho para las
nubes
Te lo he dicho para el árbol
del mar
Para cada ola para los
pájaros entre las hojas
Para los guijarros del ruido
Para las manos familiares
Para la mirada que se hace
rostro o paisaje
Y a quien el sueño devuelve
el cielo de su color
Para la noche entera bebida
Para la verja de los caminos
Para la ventana abierta para
una frente descubierta
Te lo he dicho para tus
pensamientos para tus palabras
Toda caricia toda confianza
se sobreviven.
V
Más era un beso
Menos las manos en los ojos
El halo de la luz
En los labios del horizonte
Y unos remolinos de sangre
Que se entregaban al
silencio./
VI
Tú sola y oigo la hierba de
tu risa
Tú la cabeza que te conduce
Y desde la circa de los
peligros de muerte
Sobre los brumosos globos de
la lluvia de los valles
Bajo la densa luz bajo el
cielo de la tierra
Engendras la caída.
Los pájaros ya no son un
refugio suficiente
Ni la pereza ni el cansancio
El recuerdo de los débiles
arroyos y los bosques
En la mañana de los
caprichos
En la mañana de las caricias
visibles
En la aurora de la ausencia
y la caída
Las barcas de tus ojos se
pierden
En el encaje de las
desapariciones
El abismo se ha revelado
otros han de apagarlo
Las sombras que tú creas no
tienen derecho a la noche.
VII
La tierra es azul como una
naranja
No es ningún error las
palabras no mienten
No os obligan a cantar
Y en vez de oírse unos besos
Unos insensatos amores
Su boca de alianza
Tiene todos los secretos
todas las sonrisas
Y tan indulgentes vestidos
Que se le creería del todo
desnuda.
Las avispas florecen de
verde
El alba se coloca en torno
al cuello
Un collar de ventanas
Y unas alas envuelven a las
hojas
Tú tienes toda la alegría
solar
Todo el sol de la tierra
Sobre los caminos de tu
belleza.
VIII
Mi amor por haber figurado
mis deseos
Puesto tus labios en el
cielo de tus palabras como un astro
Tus besos en la noche viva
Y en torno a mí la estela de
tus brazos
Como una llama en señal de
conquista
Mis sueños son en el mundo
Claros y eternos
Y cuando tú no estás
Sueño que duermo sueño que sueño
IX
Donde la vida se contempla
todo está sumergido
Por encima de las coronas
del olvido
El vértigo en el corazón de
las metamorfosis
Una escritura de algas
solares
El amor y el amor.
Tus manos hacen el día entre
la hierba
Tus ojos hacen el amor en
pleno día
Con las sonrisas en el talle
Y tus labios en las alas
Te colocas en el lugar de
las caricias
Te colocas en el lugar de
los sueños.
X.
Tan serena apagada calcinada
la piel gris
Predilecta de la noche presa
en sus flores de escarcha
Apenas contiene de la luz
sino las formas.
Sentirse enamorada le hace
estar hermosa
Sin tener que esperar la
primavera.
El cansancio la noche el
descanso el silencio
Todo un mundo viviente entre
los astros muertos
Con la confianza en la
pervivencia
Ella está siempre visible
cuando ama.
XI
Ella no sabe tender lazos
Tiene los ojos en su belleza
Tan simple tan simple es
seducir
Y son sus ojos quienes la
encadenan
Y es sobre mí en quien se
apoya
Y es sobre ella sobre quien
arroja
La red voladora de las
caricias. .. ~/
XII
La mentira que amenaza las
tenaces y arriesgadas astucias
Las bocas al fondo de los
pozos los ojos al fondo de las noches
Las súbitas virtudes las
redes que se arrojan al azar
Los deseos de inventar
ardides admirables
Las guadañas las trampas
entre los cuerpos entre los labios
Las paciencias macizas las
impaciencias calculadas
Todo lo que se impone y
reina
Entre la libertad de amar
Y la de no amar
Todo lo que tú desconoces.
XIII
Enamorada en secreto detrás
de tu sonrisa
Desnuda las palabras de amor
Descubren tus senos y tu
cuello
Tus caderas y tus párpados
Descubren todas las caricias
Para que los besos en tus
ojos
Te muestren en toda tu
estatura.
XIV
El sueño ha apresado la
huella
Y el color de tus ojos
XV
Se inclina sobre mí
Corazón ignorante
Para ver si la amo
Confía olvida
Bajo las nubes de sus
párpados
Su cabeza se duerme en mis
manos
Donde estamos
Juntos inseparables
Vivientes vivos
Vivientes viviendo
Y mi cabeza rueda en sus
sueños.
XVI
Bocas ávidas de los colores
y de los besos que las
dibujan
Llama hoja agua sensible
Un ala las mantiene en su
palma
Una risa les derriba.
XVII
Con una sola caricia
Te hago brillar con todo tu
resplandor.
XVIII
Vaivén de carne pasto
tembloroso
En las orillas de la sangre
que desgarran el día
Perseguida por la sangre
nocturna
Desmelenada la garganta
presa de los abusos de la tempestad
Víctima abandonada por las
sombras
Por los pasos más suaves y
los límpidos deseos
Su frente no será ya el
reposo seguro
Ni sus ojos la gracia de
soñar con su voz
Ni sus manos las manos que
liberan.
Ahechada, de pasión ahechada
de amor sin amar a nadie .
Ella se forja
incomensurables dolores
Y todas sus razones para
sufrir desaparecen
XIX
Una brisa de danzas
Por un camino sin fin
Los pasos de las hojas más
veloces
Las nubes esconden tu
sombra.
La boca de fuego de armiño
De hermosos dientes el fuego
Caricia color de diluvio
Tus ojos persiguen la luz.
El rayo rompe el equilibrio
Las lanzaderas del miedo
Dejan caer la _noche
Al fondo de tu imagen.
XX
Al alba te amo la noche
entera en mis venas
La noche entera mirándote
Teniendo que adivinar todo
seguro de las tinieblas
Que me conceden el poder
De envolverte
De agitar tu deseo de vivir
En el seno de mi inmovilidad
El poder de revelarte
De liberarte de perderte
Llama invisible en la
claridad.
Si te vas la puerta se abre
sobre el día
Si te vas la puerta se abre
sobre mí.
XXI
Nuestros ojos intercambian
su luz
Su luz y el silencio
Hasta no reconocerse
Hasta sobrevivir a la
ausencia
XXII
Con la frente en el cristal
como a quien hace velar la pena
Cielo cuya noche he
traspasado
Diminutas llanuras en mis
manos abiertas
En su doble horizonte inerte
a insensible
Con la frente en el cristal
como a quien hace velar la pena
Yo te busco más allá de la
espera
Más allá de mí mismo
Y no sé -tanto te amo-
Cuál de los dos se halla
ausente.
XXIII
Viaje del silencio
Desde mis manos a tus ojos
Y entre tus cabellos
Donde unas doncellas de
mimbre
Se adosan al sol
Mueven los labios
Y dejan a la sombra de
cuatro hojas
Alcanzar su cálido corazón
de sueño.
XXIV
La habitual
Simula felicidad como el que
simula ser ciego
El amor incluso cuando
apenas en él se piensa
Ella está en la ribera y en
todos los brazos
Eternamente
Y a su merced se halla el
azar
Y el sueño de los ausentes
Ella sabe que vive
Todas las razones de vivir.
XXV
Me separé de ti
Pero el amor me acompañó
siempre
Y cuando le tendí los brazos
El dolor se hizo más amargo
Todo un árido desierto
Por separarme de mí mismo.
XXVI
He cerrado los ojos para no
ver nada
He cerrado los ojos pare
llorar
Por no verte.
Dónde están tus manos las
manos de la caricia
Dónde están tus ojos la
voluntad del día
Tú perdido todo ya no estás
aquí
Para iluminar la memoria de
las noches.
Yo perdido todo solo me veo
vivir.
XXVII
Los cuervos aletean por los
campos
La noche se apaga
Para una cabeza que se
despierta
Los blancos cabellos el
último sueño
Las manos se hacen luz de su
sangre
De sus caricias
Una estrella llamada azul
Y cuya forma es terrestre
Enloquecida por los aullidos
Enloquecida por los sueños
Enloquecida por los capelos
. del. ciclón fraterno
Infancia enloquecida por los
fuertes vientos
Cómo harías la hermosa la
coqueta
No se reirá más
La ignorancia la
indiferencia
No revelarán su secreto
Tú no sabes saludar a tiempo
Ni compararte con las
maravillas
Pero me oyes
Tu boca comparte mi amor
Y es por tu boca
Detrás del vaho de nuestros
besos
Por donde estamos unidos.
XVIII
Roja enamorada
Para compartir tu placer
Yo me tiño de dolor.
Yo he vivido tú cierras los
ojos
Te encierras en mí
Acepta entonces vivir.
Todo lo que se repite es
incomprensible
Tú naces en un espejo
Delante de mi antigua
imagen.
XXIX
Seria preciso que un solo
rostro
Respondiera por todos los
nombres del mundo.
Paul
Éluard, (Seudónimo de Eugène Grindel; Saint-Denis, 1895 - Charenton-le-Pont,
1952) Poeta francés, considerado el maestro de la poesía surrealista. Hijo de
un agente inmobiliario, su familia perteneció a la pequeña burguesía y estudió
en el Liceo Colbert. Después de pasar una temporada en Suiza, a causa de una
grave enfermedad, volvió a París en 1913 y comenzó a escribir sus primeros
poemas. En 1914 fue llamado a filas pero abandonó las armas afectado por una
gangrena pulmonar.